Uruguay, un país que aprendió a cultivar su verde

Uruguay sigue afianzando su posición como uno de los pioneros en la regulación del cannabis. Diez años después de legalizar la producción y el consumo, la industria se consolidó con una fuerte orientación exportadora y un mercado interno que crece con paso firme.

La mayor parte de la producción nacional se destina a las flores para uso medicinal y al cáñamo para fines industriales o no médicos. En paralelo, el consumo recreativo regulado alcanza hoy a unas 250.000 personas, un número que muestra que el modelo uruguayo sigue vivo y en expansión.


Un entramado de más de 100 proyectos

La cadena productiva del cannabis está compuesta por cerca de 100 proyectos que operan en distintos eslabones: cultivo, industrialización, investigación y servicios.
De acuerdo con datos de Uruguay XXI, existen 36 empresas habilitadas por el MGAP para cultivar cáñamo y siete con licencias para industrializarlo, enfocadas principalmente en la producción de extractos y aislados para alimentos.
Además, tres compañías actúan como traders o brokers, facilitando el comercio internacional de los productos.

Por otro lado, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) registra 52 proyectos vinculados a los segmentos medicinal, de investigación y recreativo: 16 tienen licencias de cultivo, 14 para industrializar, 13 para investigación, siete ofrecen servicios de análisis y una presta servicios a terceros.


Exportaciones: más volumen, menos valor

Aunque el número de empresas exportadoras crece, los precios no acompañan la tendencia.
En 2019, tres compañías exportaron 1,7 toneladas por US$ 3 millones.
En 2023, el número trepó a 27 empresas y 25 toneladas, pero el valor exportado fue el mismo: US$ 3 millones, lo que implicó una caída del 44 % en los precios promedio respecto a 2022.

El 83 % de las exportaciones correspondió a flores medicinales, con ventas por US$ 1,5 millones y una baja interanual del 66 %. Pese al descenso, el sector logró abrir nuevos mercados: Australia, Nueva Zelanda, España, Brasil y República Checa.
Alemania sigue siendo el principal destino, mientras que las ventas a Portugal se redujeron de forma significativa.

Las flores de cáñamo para uso no médico sumaron US$ 1 millón en ventas externas, impulsadas por la demanda de Estados Unidos, República Checa y BrasilSuiza continúa siendo el comprador más estable, absorbiendo la mitad del total exportado.

También se registraron 11,5 toneladas de semillas enviadas al exterior, principalmente a Argentina, y en menor medida a España, Costa Rica y Paraguay.


Un mercado interno que gana confianza

Uruguay XXI recuerda que el país legalizó el cannabis psicoactivo en diciembre de 2013.
Se estima que el consumo anual de cannabis para uso adulto se sitúa entre 44 y 50 toneladas, abarcando a unas 250.000 personas.
De ese total, el 36 % lo hace a través del mercado formal, según datos del Ircca.

El registro de personas habilitadas para comprar en farmacias creció un 144 % entre junio de 2018 y junio de 2023, pasando de 35.246 a 86.207 usuarios.
Durante 2023, se observó un repunte en las ventas, tanto en número de transacciones como en volumen comercializado, alcanzando el nivel más alto desde la implementación del sistema.

En diciembre del año pasado se contabilizaron 19.730 adquirientes (compradores que realizaron al menos una compra), con un promedio de 15,2 gramos por persona.
El documento oficial señala que “se aprecia cierta confianza en cuanto a la compra en farmacias, por lo que podría esperarse un nuevo crecimiento para la próxima zafra”.


Cáñamo uruguayo: 335 hectáreas cultivadas

El MGAP tiene registradas 35 empresas dedicadas al cultivo de cannabis no psicoactivo, que abarcan unas 335 hectáreas de producción al aire libre.
Los cultivos se distribuyen en diez departamentos, con una clara concentración en el sur y el litoral:
Canelones reúne el 37 % de las compañías, seguido por Colonia con el 20 %.
Montevideo, aunque solo cuenta con una empresa, concentra la mayor superficie de cultivo en invernaderos.


Uruguay avanza en su experimento verde con la serenidad que lo caracteriza: paso a paso, sin estridencias, combinando la regulación con la oportunidad.
Y aunque el negocio enfrenta precios más bajos, el país mantiene su lugar como referente global de una industria que no deja de florecer. 🌱